El estilo de su obra y su evolución

Totte Mannes tiene una pintura muy personal que es testigo de su tiempo. La artista no se quiere posicionar en ninguna tendencia, según sus propias palabras a ella le gustaba mirar las obras de otros artistas para evitar imitar. Quizá por eso su obra es el resultado de una evolución que acompaña al desarrolló del arte en España en el siglo XX y principios del XXI.

Desde un surrealismo del siglo XX en un contexto realista, un op-art personal de conjuntos coherentes de cintas o de hojas con una técnica magistral y la máxima perfección tanto en el conjunto como en cada elemento que Mannes trata con y detalle elegancia dando como resultados conjuntos donde los elementos tienen vida y movimiento en una naturaleza que la artista construye para ellos. También Mannes crea sus propias obras constructivistas descomponiendo los instrumentos musicales para investigar sobre pintura y música desde las partes de los instrumentos que son responsables del sonido acercando así los sentidos de la vista y el oído en una experiencia estética que relaciona ambos. Su desarrollo como artista también incluye retratos de rostros perfectos y algunos collages donde autor y partitura conviven en el lienzo, unas obras únicas y muy personales que también unen sus dos pasiones: la pintura y la música.

El paso del tiempo no ha mermado en absoluto su técnica, Mannes continúa pintando y creando obras sobre aquello que le inquieta y lo fascinante de su obra es que la artista consigue que el observador reconozca un Mannes cuando lo tiene delante.